Cuando, Jorge Idárraga
camina por el los espacios del Petronio, recibe saludos, le hacen
comentarios a su trabajo, felicitan su oficio, le animan a seguir haciendo
fotos que es su quehacer cotidiano.
Nació en Buenaventura y de ahí su afecto por todas las
expresiones de esa región que también le pertenece. Se ha especializado en
folclor, en la cultura del pacífico y es también periodista, editor y
publicista.
Jorge ha estado haciendo fotos en el Festival Petronio Álvarez
durante cinco años, retratando lo que él llama la gente anónima, cantores,
músicos, personajes que llegan al Festival pero como no tienen reconocimiento
aún, pasan inadvertidos por el público y
solo refulgen como artistas los minutos en los que participan en tarima.
Jorge Idárraga -Fotógrafo |
“Llevo ya 5 ediciones del Petronio, produciendo y realizando este
proyecto fotográfico que he denominado “Retratos del Petronio”, y desde el año
pasado tengo un sitio de exhibición en
el Festival en donde muestro el trabajo
en las diferentes formas que ha ido tomando. Este año, por ejemplo, se está
presentando una versión en chonta y bronce, es decir, retratos de Petronio
impresos en bronce con marco de chonta y ya están tomando otro rumbo.
Sobre el futuro del proyecto Idárraga señala: “Yo pienso que
este sería el último año de la realización de este proyecto. He fotografiado a
unas 500 personas en este tiempo y este
año, como una variante, voy a hacer grupos pues considero que eso le hace falta
al trabajo para ir cerrando el ciclo que quedaría totalmente completado con la
publicación de un libro, lo que espero
hacer el próximo año.
¿Qué va a contener el libro además de las fotos?
Bueno, es un libro convencional con las fotos de Retratos de
Petronio y con todas las historias que estos mismos personajes me han contado.
Creo que podría contener alrededor de unos 100 retratos, para presentarles a
los lectores.
¿Qué balance le hace a este trabajo realizado durante cinco
años?
“La motivación principal fue acercarme a los artistas y
acercárselos por medio de las fotos al público para que los pudieran conocer,
porque como lo he dicho, a medida que el evento se fue agigantando, todos estos
personajes llegados de las zonas más alejadas del Pacífico, se perdieron, se
quedaron pequeñitos, muy lejos, allá en esa tarima”.
El proyecto lo que creo fue que consiguió acercarse a ellos,
mirarlos de cerca, hacerles un buen retrato, hablarles y conocer de su vida, su
historia, su cultura y eso es lo que considero es el gran plus de este trabajo.
El fotografiar estas personas ha sido para mí un acercamiento de primera mano a
las personas más anónimas que vienen de los sitios más alejados del litoral.
Esto ha sido muy grato para mí, tanto en términos artísticos como personales el
poder conocer a todas esas personas”.
¿Qué puertas nuevas le han abierto este trabajo?
“Hay reconocimiento del proyecto, tanto nacional como
internacionalmente y creo que con la publicación del libro se va a alcanzar un
buen logro, es decir, que el trabajo cumpla con el propósito inicial que fue
concebido: la visibilización de una
cultura, el reconocimiento de esas personas por medio de bellas imágenes y unas
muy buenas historias”.
¿Respecto a exposiciones cómo ha estado su agenda?
“He hecho varias exposiciones durante estos años. Aquí mismo en
el Petronio, luego el proyecto se ganó una beca que me permitió hacer una gira
nacional, circular por las universidades
de Cali y varias ciudades del país, y este año hemos dado un salto con chonta y
bronce.
¿Cuál de esos seres humanos fotografiado por usted tiene una
especial recordación y por qué?
“Todos son muy particulares, pero recuerdo mucho a una cantaora
de Guapi. Le hice unas muy buenas fotos, pero cuando hable con ella: era un
hombre.
Además era concejal en Guapi y trabajaba por la comunidad LGTBI; por los mendigos,
y por los locos de esa población. Era un ángel guardián para todas esas
personas de los grupos minoritarios de Guapi. Su historia me impresionó mucho,
lo mismo que su presencia y por eso siempre recuerdo de manera especial a
ese concejal.