Por Manuel Tiberio Bermúdez
El Maestro, Alejandro Buenaventura, de gran
reconocimiento en el mundo cultural colombiano, estuvo como invitado especial
en la jornada “Mi Cali Soñada”, que se llevó a cabo en el cerro Cristo Rey y en
el que en un acto simbólico la ciudadanía contrajo matrimonio con la Administración
del alcalde Maurice Armitage, mediante una puesta en escena que fue muy
aplaudida por el público de la Sucursal del Cielo. Con él hable para conocer
sobre las expectativas que tiene respecto al futuro de Santiago de Cali.
¿Qué significado tiene para la ciudad este
simbolismo de la boda entre la Administración Armitage de la ciudad de Cali y la ciudadanía de la Capital del Valle?
Yo pienso, y por eso lo dije, que era
bellísimo empezar un acto con cultura. La cultura es la esencia de la
fraternidad, la cultura es la esencia del compañerismo, de la solidaridad, del
amor por la ciudad, del amor por los demás, de la creatividad, del cariño por
la tierra. Que comenzara esta ceremonia con una obra de teatro, fue para mí
algo muy emocionante.
Y luego hablarle a la gente con el Cristo Rey
testimoniando el acto, eso fue para mí muy especial. No pensé que antes de
morirme fuera a tener esta oportunidad.
¿Cómo percibe la ciudad, frente a la urgencia
de cambio que necesita?
La ciudad no es ajena a los conflictos
universales. No es ajena a los problemas del crecimiento demográfico tan
espantoso, en contravía de un leve crecimiento económico: Hay mucha ambición y
al mismo tiempo, hay desesperanza y desesperación. Hay mucha ansiedad por
poseer algo. Hay inmensas ganas de tener antes que de dar y eso es lógico en un
mundo como el que vivimos.
Creo que Cali tiene los elementos para
cambiar esas circunstancias o por lo menos para empezar a cambiarlas, para dar
los pasos y volver a tratar de que Cali sea una ciudad culta, amable, una
ciudad en la que la gente se quiera.
¿Cómo ve al alcalde, Armitage, en su
ejercicio de poder para conducir la ciudad?
El no necesita poder como otros mandatarios.
De alguna forma, está entregando el poder que él tiene para que se transforme ese
sentido del mando desde el ejercicio del gobierno. El Alcalde, tiene sobre
todo, lo que yo dije al llevar la palabra en este acto: tiene amor. Amor por lo
que hace, amor por la ciudad, amor por la gente, es una persona de una ternura increíble
por eso ahora durante la ceremonia de “Mi Cali soñada”, lo vimos enternecido
cuando se dirigía al público. Y yo como soy una persona más o menos así, creo
en esas actitudes de bondad, y me moriré creyendo en eso aunque no faltará
quien de pronto diga que ser amoroso no sirve para nada.