“La gente se quiere mucho el día de Navidad.
Qué lindo que todo el año, la gente se quiera igual. Se perdonan las maldades,
todo se hace con bondad. Por eso, seas bienvenida, mi querida Navidad”
Así comienza esa hermosa canción interpretada
por Palito Ortega. Así se da la bienvenida a la Navidad.
Porque todos esperamos que llegue diciembre para decir cuánto amamos. Abrazos, besos,
cariño. El resto del año, como que pasa desapercibido para muchos.
Llega el mes más esperado por los niños. El mes
donde vuelven a haber ternura, abrazos y afecto. Mes de esperanzas, sueños, regalos, alegrías, tristezas,
abrazos, bienvenidas, despedidas.
Es toda una mezcla de sentimientos en un solo
mes. Recuerdos, momentos, espacios, tiempo, relojes, ansiedad. Todo se reúne en
diciembre.
Los niños esperan al niño Dios con ansias. El
deseo de ver regalos al pie del árbol de Navidad o en la cama al despertar el
25. Los niños y su inocencia. Los niños y la ternura. Los niños y el afecto.
“Estrellita de la noche que sales para
alumbrar, ilumina al que está solo la noche de Navidad”. Sucede. La soledad de muchas familias, personas, niños, a quienes nadie
visita, llama o recuerda.
Y ¿los otros niños? Los de la calle o los niños
que nunca reciben un regalo en diciembre o a lo largo del año. Los niños de
familias que pueden darles solo un alimento al día. Esos niños ¿también quieren
que llegue diciembre?
Con todo lo que ha ocurrido en este año, las guerras en Ucrania y Rusia;
Israel y Palestina, guerra interna
en Colombia, sea el momento para una gran reflexión y para lograr cambios verdaderos y sinceros. No
solamente palabras bonitas, sino que haya una metamorfosis interior en cada uno para que el mundo sea diferente.
El mundo será distinto si cambiamos interiormente.
Si esa felicidad interior la hacemos llegar a los demás. Si brillamos para que
los demás sean también luz para otros.
La Navidad no es solamente una fecha. Es más
que un día o un mes. La Navidad debe ser atípica este año.
Cambiemos. Seamos diferentes para que
irradiemos una alegría sincera y llena de afecto. Que los demás vean que no
solamente iluminamos casas o edificios por fuera, sino que al interior hay
luces de colores, luces llenas de ternura y afecto.
Esta es época de perdón, reflexión, amor, cariño,
ternura, afecto y abrazos. No para hacer promesas que no se cumplirán, sino
para cambiar un poco esa parte interior de la que debemos deshacernos.
“No existe la Navidad ideal, solo la Navidad
que usted decida crear como reflejo de sus valores, deseos, queridos y
tradiciones”BILL MCKIBBEN
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