En diciembre de 1984, pleno invierno del hemisferio norte, un grupo de ballenas belugas fueron detectadas en peligro. Las ballenas estaban en pequeños estanques, en el mar de Chukchi rodeadas de hielo.
El mar de Chukchi o Chukotka, es una porción del Océano Glacial Ártico, localizado en el extremo nordeste de Asia y el extremo noreste de América del norte. Este mar se extiende al norte del Estrecho de Bering. Este mar pertenece tanto a Estados Unidos como a Rusia, aunque si nos ubicamos en 1984, es la U.R.S.S (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas).Es decir, en una de las fronteras más calientes, en plena
“guerra fría”. A todo esto, debemos contemplar la efervescencia ecologista de
los 70 y 80. Las gigantescas protestas de Europa, sobre todo en Alemania
Federal, contra la instalación de las centrales nucleares y las bases
estadounidenses de misiles. Los dirigentes soviéticos, bajo la dirección del
recién asumido Konstantin Chernenko, decidieron captar la atención de los
“verdes europeos”, y emprender la “Operación Beluga”.
Las belugas son unos cetáceos, similares a las ballenas adaptadas al clima ártico. Se caracterizan por su color blanco, la ausencia de aleta dorsal y una prominencia frontal, denominado órgano melón. Este le permite la ecolocalización, es decir analizar la capa de hielo y encontrar respiraderos.
Los cetáceos son mamíferos placentarios. Su tamaño es
intermedio entre la ballena y el delfín. Miden un poco más de cinco metros de
longitud y llegan a pesar un poco más de mil quinientos kilos.
Comparación de tamaño entre un humano promedio y una beluga
Sin
acceso a zonas amplias donde nadar y obtener su alimento las belugas comenzaron
a debilitarse. Se encontraban hacinadas en pequeños estanques, muy lejos del
mar abierto. Los pescadores de la isla de Ytigran, descubrieron a mas de dos
mil belugas varadas. Como no contaban con medios para desbloquearlas, se
limitaron a alimentarlas y dar aviso a las autoridades. Al difundirse la
noticia los Gobiernos de Canadá, Japón, Estados Unidos y la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas se involucraron. Tal vez fue lo que permitió a las
belugas sobrevivir.
Desde
helicópteros se alimentó a las belugas, y los soviéticos destinaron al
rompehielos Moskva. El mayor rompehielos sovietico que no es nuclear. El
Capitán Anatoli Kovalenko, observando el grosor de la capa de hielo, solicitó
abandonar el salvataje. No obtuvo el permiso solicitado.
Decidió
abrir un canal para llevar a las belugas a mar abierto, fue guiado por
helicópteros. El problema es que las belugas no seguían al barco, lo intentaron
durante cuatro días. A punto de abandonar el salvataje. Un tripulante, se
desconoce su nombre, utilizó los altoparlantes del rompehielos, para pasar
música, clásica , ligera y hasta marcial. Las belugas comenzaron a seguir al
barco, y fueron conducidas a mar abierto.
La
Operación Beluga, fue una gran éxito para los soviéticos, que se ganaron la
simpatía de los grupos ecologistas. Pero, en poco más de dos años, cuando se
conozcan los sucesos de Chernobyl, nuevamente serán los villanos. Pero dejemos
para otra oportunidad esa historia.
Febrero
de 2024
Carlos
Daniel Alharal
Profesor
de Historia y Latín, egresado del I.P.C (Instituto del Profesorado
“Concordia”).
Postgrado
en Ciencias Sociales en I.P.C
Pueden
comunicarse a través del correo electrónico: repasado2020@gmail.com
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