Por Manuel T. Bermúdez
Amable,
sencilla, sin ínfulas, colombiana, pastusa, cantante, exitosa y bella,
así es Alexandra Albán, estrella de la percusión.
Sabe
que la música es su vida… “uno nace con la música dentro y hay algo que la
activa y a mí se me activó cuando vi a mi hermano que estudiaba trompeta y yo
sentí que me empezó a gustar. Yo cogía, al escondido, la trompeta de mi hermano
y la tocaba, hasta que un día me descubrieron y decidieron ponerme en clases.
De esa forma fue mi vinculo inicial con la música”.
La
música lo es todo para Alexandra, es su vida, su profesión. “Para mí la música
es una forma de comunicar lo que uno siente. La música además, tiene mucho
poder. Uno con ella puede ponerse muy contento, muy alegre, pero también se
puede poner muy triste. Y poder ser uno, quien al ejecutar, pueda trasmitir
sentimientos y tocar los corazones de las personas, para mí, eso es un
privilegio”.
Muy
temprano, Alexandra descubre que lo que hace produce reacciones en las persona.
“A los 7 años, que empiezo a meterme en este cuento de la música es que me doy
cuenta de todo. De las emociones que se pueden producir cuando se toca un
instrumento. Cuando la gente me veía a mí, tan chiquita, tocando la trompeta o
cantando, y se emocionaba, yo sentía que la música es algo extraordinario”.
Un
día la chica descubre un nuevo sentimiento: el temor. “El momento en el que más
he estado asustada fue la primera vez que me subí a una tarima, en Pasto, la
ciudad donde nací. En ese momento sentí mucho miedo. Pero esa fue la única vez
que lo he sentido, de ahí en adelante se me quito del todo”.
Llegar
al profesionalismo no fue cosa de milagros ni de inmediatez. “Llegó con el
tiempo. Cuando menos lo esperaba, llegó. Yo siempre me he preparado pero no
para buscar reconocimiento y ahora es que estoy recogiendo los frutos de tantos
años de trabajo, estudio y dedicación”.
¿Luego
de probar instrumentos con cuál decide quedarse?
“Yo
empecé con la trompeta y fue el instrumento con el que, al comienzo mis padres
me apoyaron. Luego de seis años, como me gustaba tanto la percusión, hice una
audición con una orquesta, “Tumbadora”, y quedé como percusionista. Como
yo era tan curiosa en lo de la percusión, ya sabía, más o menos cómo se tocaba,
pero no la ejecutaba profesionalmente. De ahí me quedé definitivamente en la
percusión. Lo de la voz también es un privilegio. Yo recuerdo que desde muy
chiquita cantaba y yo decía: pero que raro ese vibrato. ¿Esto qué será? Hasta
me daba susto. Ya después me di cuenta que ese don nació conmigo”.
Sus
padres nunca tuvieron reparos por la hija inclinada por la música. “Ellos
siempre han estado súper orgullosos de mí y yo supremamente agradecida con
ellos porque han sido de gran apoyo para mi carrera. Nunca dijeron no, a
pesar de nuestra situación económica, porque hemos vivido situaciones
difíciles, y a pesar de eso tomaban decisiones para poderme ayudar y
apoyarme en mi carrera. Ellos son felices y orgullos”.
Son
muchas las figuras de la música con las que Alexandra ha tocado pero quisimos
saber de sus querencias, de sus preferencias. “Yo estimo mucho al maestro Boby
Cruz, y para mi haber tocado con él y haber grabado para él, ha sido una gran
experiencia, porque Boby Cruz ha sido de gran estima para mí y cada vez que me
ve me dice “Alexa, yo te quiero mucho”. Hay un gran aprecio por él y ha creído
en mí”.
¿A
dónde quiere llegar con lo que hace?
“Yo
nunca ando buscando la fama o llegar muy lejos. Todo se ha dado. Lo único que
quiero es llegar a los corazones de la gente cada vez que toco mi instrumento.
Lo que venga de ahí para adelante, es un regalo de Dios”.
¿Piensa
en algo especial cuando toca?
“Yo
disfruto tanto tocando mis Congas. Yo las amo y cada vez que me subo a tocar lo
disfruto con el alma. Para mí es un deleite. En eso es en lo que pienso, en lo
rico que es tocar, lo que mis manos pueden ejecutar”.
¿Qué
la pone triste?
Piensa.
“No pienso en tristezas en este momento. Tal vez, quisiera poder tocar toda mi
vida, yo amo tocar. Y no quiero que el tiempo pase tan rápido, eso es lo único
que me pone triste”.
¿Qué
reflexión quiere compartir con las mujeres que decidan seguir su mismo camino?
“Si
se quiere se puede ser excelente, se puede acabar con el paradigma de que una
mujer tocando un instrumento rudo no lo va a poder hacer bien. Sí se
puede, se puede llegar muy lejos y se puede hacer con excelencia siempre y
cuando se tenga claridad en la meta que se quiere alcanzar y estudie mucho para
lograrlo.
¿Un
tema que viaje con usted en su mente y que sea el de las mil escuchadas?
“A mí me encanta Rubén Blades, Ray Barreto y
el tema “Fuerza Gigante” de Ray Barreto, me encanta. Es una de las canciones
que más escucho”.
¿Qué
les dice a los caleños que aprecian su talento?
“Que
los amo, que extraño a Cali, es una ciudad maravillosa y la gente también y que
los llevo siempre en mi corazón”.
Alguien
de producción se asoma a la puerta del camerino a anunciarle que ya es hora de
participar en el conversatorio que tendrá lugar en pocos minutos. Agradezco su
amabilidad y voy a buscar un lugar en donde escuchar su historia y ver porque
es una de las mejores percusionistas hoy.