Por Manuel Tiberio Bermúdez
Cali, además de ser considerada La Capital Mundial de la Salsa, es también
una de las ciudades que más escuelas de enseñanza de ése ritmo tiene. Son centros de enseñanza pero en ellos se ejerce
la camaradería y la amistad, y con el paso del tiempo, se convierten en
familias de bailarines a quienes les atan lazos muy fuertes, no solo por el
ejercicio del baile, sino por las relaciones de afecto que allí se tejen.
Los comienzos
Luz Aidé Moncayo Giraldo, es ingeniera de sistemas, pero además, es la
directora general y artística de la Fundación Escuela y Academia de Baile, Son
de Luz, en la ciudad de Cali. Lleva 25 años
trabajando con la escuela. Es un lugar en el que se realizan actividades bien definidas: es
escuela que forma artistas desde temprana edad. Es academia que enseña a bailar
Salsa Caleña.
Lo que hace Luz Aidé Moncayo, no es improvisado ni un arrebato de momento,
hay una larga trayectoria en el mundo de la danza. A la edad de 5 años se ganó
el primer concurso de Salsa. “En la época en que yo bailaba no había escuelas.
La escuela de nosotros era la sala de la casa, y las fiestas que se hacían en
familia”, dice.
“Cali es una ciudad pachanguera, de ahí el tema “Cali pachanguero”, agrega.
En Cali todo termina en rumba: el nacimiento del niño, se festeja el primer año con rumba, luego la
primera comunión, en los quince, en el matrimonio, siempre hay motivo para la
fiesta. Yo iba a todas las fiestas familiares, mi padre bailaba conmigo y a mi
familia le encantaba verme bailar con él. Yo bailaba una música, que no tenía
ni idea que era, pero era una música muy agradable. Hoy entiendo que bailaba,
pachanga, mambo, guarachas, sones. Luego mi madre me apoyó en todo esto del
baile y participé en unas comparsas que anteriormente se hacían en Cali, las
competencias eran allí, como cuando hoy se hace lo del Salsódoromo,
desfilábamos por las calles y llegábamos al Estadio en donde mostrábamos
nuestros grupos y con una comparsa de esas ganamos. Yo tenía 15 años”.
Mi proceso fue muy bonito porque desde niña me identificaban con la parte
artística. En la escuela estaba en todas las actividades, en los bailes, lo
mismo en el bachillerato. Participe –recuerdo- en una competencia que hacia
Alfonso Lisarazo, que se llamaba “Baila de rumba” y yo fui ganadora junto con
Wilmer Rodríguez, un chico que hoy está en Italia.
“Algún tiempo después, hubo un concurso que se llamó “Concurso Nacional de
Salsa y Merengue”, y en Cali se hicieron unas eliminatorias. Luego en Bogotá,
con Wilson Palomeque, nos ganamos la competencia. En esa época yo era la
ejecutiva de una Empresa de Salud en Colombia, pero en ese momento a mí me daba
pena que supieran que yo bailaba Salsa porque yo trabajaba con médicos en el
sector Salud. Era la asistente de gerencia de un médico muy prestigioso, y no
me gustaba que supieran que yo estaba involucrada con el baile y con la Salsa
porque no éramos bien vistas. Las mujeres que bailaban Salsa, eran vistas como
prostitutas, mujeres fáciles, nocturnas, bohemias. Pero yo con el baile y las
presentaciones que hacia me ayudaba para pagarme la universidad. Pero cuando ganamos el concurso, a nivel
nacional, salió en el Noticiero, que la señorita Luz Aidé Moncayo fue ganadora
del concurso nacional de Salsa con Wilson Palomeque. Claro, los jefes en la
clínica se dieron cuenta y a mí llegada el lunes al trabajo en vez de
recriminaciones, recibí felicitaciones. A partir de ese momento, los congresos
que se hacían de Salud, siempre me invitaban a bailar”.
Son de Luz
“En el 2005, me enviaron a trabajar como Jefe Nacional Administrativa de
una funeraria y nadie podía entender yo que fui a hacer allá. Entonces entendí
que lo mío era más con los vivos que con los muertos y decidí dedicarme a
fortalecer mi hobby como empresa. Que Son de Luz, no fuera solamente un espacio
para aprender a bailar sino que soñaba con algo grande que enseñara y rescatara
nuestro patrimonio cultural por medio de la enseñanza del baile y la formación
de artistas y realizando la parte académica”.
Luz Aidé, “la maestra del detalle” como la llaman, ha creado un método muy particular para sus
clases de baile. “Es que esto de enseñar a bailar la Salsa, en la parte social,
fue algo que se me ocurrió hace un buen tiempo y tengo un método muy sencillo de
mi propia creación. Surgió de yo estudiar 6 meses yendo a las viejotecas cada
ocho días a ver aquellos bailadores que nunca pasaron por una escuela pero que
bailan exquisito. Los observé mucho hasta descubrir cuáles son los básicos de
nuestra Salsa Caleña, lo que nos hace diferentes, ¿por qué nos vemos distintos
y nos relacionan primero con Colombia por nuestro baile, pero particularmente
de Cali”.
“Una cosa el baile espectáculo y otra nuestro baile social. Como soy
especialista en pedagogía de la lúdica, entendí esos básicos y cree mi método,
que me ha hecho reconocida en el mundo de la Salsa. En 10 horas, le podemos
garantizar al aprendiz, que con unas bases mínimas, se puede defender en
cualquier sitio bailando social, porque la fortaleza de nuestra enseñanza es el
detalle, es por eso que me llaman, la maestra del detalle”.
También, Son de Luz es una Fundación ya que trabajan con la parte social.
“Es increíble ver como la mayoría de los chicos de la ciudad de Cali, son
chicos de barrios vulnerables, difíciles para la vida. Nosotros hacemos tejido
social sacándolos de esos entornos y construimos paz -ahora–que esta tan de
moda el término- y ayudamos a que los chicos ocupen su tiempo libre en algo
productivo bailando Salsa, que es nuestra gran fortaleza en Cali. Esto les ha
dado la oportunidad a muchos chicos de salir
al exterior gracias al baile y estar en China, Japón, Estados Unidos,
bailando bien sea en competencia, exhibición o en un congreso de la modalidad”.
Son de Luz, según su directora es también un Club Deportivo, ya que “gracias
a que nos permitieron vincularnos con la competencia de Baile Deportivo, cuando
se hicieron los World Games, en Cali, entendí que era muy importante para
nosotros razonar y fortalecer el concepto de que nuestros bailarines siendo
artistas, son también deportistas. Que el baile que hacemos también es un
deporte digno de competición”.
En la Academia Son de Luz, son muchos los chicos que llegan hasta allí para
practicar, para aprender, no solo se debe emplear el tiempo para ser mejores en
el baile. “Aquí todos los chicos deben estudiar –dice Luz Aidé-, consideramos
que es un matrimonio perfecto la academia de Salsa y la formación personal. Y
si alguno de los chicos nuestros no está estudiando por alguna razón, le
buscamos la forma de que lo haga. Nosotros queremos quitarle esos muchachos a
la calle, lo que hacemos es traerlos y que aprendan a bailar pero que
estudien”.
Son de Luz, es una empresa, un equipo, una familia que ha logrado varios
campeonatos internacionales. “Pero lo más importante –dice la directora- no son
los títulos logrados, sino el legado que dejamos”.
Hay chicos de Son de Luz, que han trascendido las fronteras con el baile.
“Orgullosamente puedo decir que hay una representación de nuestra escuela,
porque salió de acá, Ricardo Murillo, y es nuestra carta en el Japón. Hay otra
chica en Estados Unidos, que baila tango. Hay que anotar, que los chicos de
Cali no solamente bailan Salsa. Aquí hay muy buenos artistas de todo: tango,
hip hop, folclor etc.”
Hoy, Luz Aidé quiere convertir a Son de Luz en una institución educativa
artística, en donde los muchachos no tengan el pretexto para no seguir
estudiando, sino que vengan a estudiar, puedan terminar su bachillerato y
adicionalmente hagan lo que les guste y aprovechen el tiempo bailando Salsa,
como se hace en Incolballet. Sé que no es fácil, pero también estoy segura de
que lo voy a lograr.
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