Charlemos
Por Manuel Tiberio Bermúdez
Varios son los aparatos
electrónicos que se han ido perdiendo con la llegada de un mundo que corre, se
agita y por el mercado desaforado, no permite ni siquera disfrutar de lo que
comparamos como novedad tecnológica.
Un celular de última
generación comprado ahora, mañana ya es obsoleto porque aparece otro que tiene
un algo más diferente que el que adquirimos.
Muchos seguramente
recuerdan el Walkman, un aparato para
escuchar casetes, abuelo de los modernos Ipod. Pues hace algún tiempo la Sony
anunció que no volvería a fabricarlos,
luego de tres décadas en el mercado.
Para quienes ya somos
añosos, era nuestro compañero en el que cargábamos la música favorita que
teníamos en los casetes.
Claro que un chico de
hoy, no tiene ni idea de lo que era el aparatejo ese, ni se imagina que es el
hermano mayor de esos que ellos hoy mantienen en sus oídos y que algunos creen
que nacieron con él y que hoy es el Ipod que poco a poco aha reemplazado el el
teléfono inteligente en el que cargan, música, fotos, videos y no sé qué más.
El Walkman fue lanzado al mercado en 1979 y pocos
podían acceder a él por su precio elevado. Uno podía llevar la música a
cualquier lado en ese pequeño (para el momento) aparato con la misma calidad
del inmenso equipo de sonido que tenía en casa. Los muchachos de hoy le meten a
su celular hasta más de 2000 canciones en MP3, mientras nosotros teníamos que
cargar varios casetes que máximo contenían una hora de música.
¡Ah!, la modernidad va
dejando de lado esos, para nosotros, maravillosos inventos con los que crecimos
y que hicieron furor en su momento.
Si usted le habla a un
chico de un long play, ni se imagina que es eso, pues ellos han crecido con el CD y se
horrorizan cuando uno les cuenta que en ese disco de vinilo de unos 30
centímetros de diámetro tan sólo cabían por lado unas 12 canciones.
Tampoco les hablemos de
las cámaras de rollo o película, con la que se podían tomar hasta 36 fotos pues
ellos ahora disfrutan de las modernas cámaras digitales que, dependiendo de la
tarjeta de almacenamiento, pueden hacer muchísimas fotos tranquilamente.
Se perdieron también los
álbumes, esos rectángulos de papel en los que se pegaban las fotografías y que
servían para entretener a las visitas o para devolver los recuerdos a otros
momentos. Ahora pocas veces se vuelven a ver las fotos que se toman en los
modernos equipos de captura.
Los jóvenes de hoy no se
imaginan que la televisión inicialmente fue en blanco y negro y que eran unos
armatostes que para moverlos había que pedirle ayuda al vecindario. Para que la
señal fuera apenas decente, había que tener una antena que competía en altura
con las torres de las iglesias, y que orientarlas para “agarrar” la señal, era
toda una odisea.
Ellos, los que apenas
nacieron hace unos 12 años tienen televisores de plasma y otras sofisticaciones
que les muestran imágenes llegadas vía satélite o por cable, y que se ven tan nítidas,
que parece que estuvieran en la sala de la casa.
Hay otros aparatos que
se han ido perdiendo con la modernidad…las máquinas de escribir, el teléfono de
disco, las planchas de gasolina, las neveras de petróleo y no sigo enumerando
más porque me da como lloradera.
Fotos de la web
0 comments:
Publicar un comentario
Sus comentarios son importantes para mejorar . ¡Gracias!