Queriendo vivir mejor
el hombre común latino
quiere irse a Nueva York
pa´ componer su destino.
La salida del país
es una gran aventura
que cortará de raíz
su desgracia y desventura
Trabajando como un buey
su pasajito él ha ahorrado
y piensa que en Nueva York
podrá vivir descansado
Con pasaporte a la mano
se va al Consulado aprisa
no vislumbra que es en vano
tratar de obtener la Visa
Pero con aire optimista
él quiere hacerse pasar
por un ricacho que al Norte
quiere ir a reposar
Al no poder comprobar
que posee “algunos millones”
no hay Visa para viajar
y empiezan los resbalones
Casi temblando de rabia
éste a un amigo confiesa
que aunque tenga que gatear
él la frontera atraviesa
Aunque cueste una fortuna
ya todo esta decidido
y no hay manera alguna
que él se de por vencido
Y desesperado empieza
algún “contacto” a buscar
que lo pase al otro lado
aunque tenga que robar
le proponen dos salidas
por México o las Bahamas
que son por igual suicidas
para hombres o para damas
en los diarios se ha leído
que por Bahamas viajar,
es uno estar sometido
a que lo lancen al mar
y por México ¡que horror!
si lo que dicen es cierto
que cualquier pequeño error
y puede ser hombre muerto
y si fuera afortunado
y no encontrara la muerte
que lo traten cual ganado
eso sería mucha suerte
aún sabiendo estas cosas
arriesgan su integridad
por las luces engañosas
de la “grandiosa ciudad”
algunos logran pasar
y presumen su victoria
y es aquí donde comienza
de algunos: su triste historia
Nuestro querido inmigrante
se ve en un túnel metido
se lo ha tragado el gigante
y en su seno se ha perdido
la verdad lo desalienta
y lo mata el desconsuelo
porque ya se ha dado cuenta
que no hay “verdes” en el suelo
sin un centavo consigo
se siente desamparado
y se va donde un amigo
para vivir de arrimado
está casi arrepentido
de haber caído al abismo
porque ya se ha dado cuenta
que su amigo no es el mismo
“no comes sino trabajas”
el otro le ha sentenciado
y aquí no existen ventajas
para el indocumentado
puede ser un ingeniero
o también un pelagatos
pero si quiere dinero
empieza lavando platos
nuestro amigo que es honesto
lo ha comprendido al instante
y quiere tener un puesto
el peor de un restaurante
debe ser “independiente”
para no ser humillado
pero no le es suficiente
el dinero que ha ganado
y decide progresar
consiguiendo otro trabajo
mas inglés no sabe hablar
y lo mandan al carajo
con la cola entre las patas
sin hallar lo que quería
se trasegando a gatas
en horribles factorías
y lo mata el descontento
el cansancio y la tensión
porque en cualquier momento
siempre llega “inmigración”
se siente cual fugitivo
y por todos acechado
y no encuentra lenitivo
en éste país soñado
ya cansado de luchar
termina de ser paciente
y se quiere ahora casar
y volverse “residente”
lo que le queda, lo ahorra
pa´ completar el dinero
que pedirá la “potorra”
y que es la mitad primero
al cabo de algunos meses
le llega dentro de un sobre
lo que ya pagó con creces
y lo sacará de pobre
y bailando en una pata
como ya no es “ilegal”
piensa que vendrá la plata
por montones al morral
y empieza buscando puesto
de gerente encorbatado
ya su trabajito honesto
lo quiere dejar de lado
pero olvida algo importante
este caballero audaz
como fue mal estudiante
con el puesto...no es capaz
-porque es como otros pendejos-
que nunca olvidará él
se mueren aquí de viejos
y no aprenden el inglés
y no se puede explicar
lo que a este le ha pasado
se entiende que la “Green Card”
lo tiene todo arreglado
sin un peso en el bolsillo
y con su gran frustración
intenta desesperado
arreglar la situación
y ésta es la etapa peor
de nuestro pobre inmigrante
seguir cual trabajador
o volverse...maleante
y aquí empieza otro calvario
del hombre que le va mal
vivir cual trabajador
o quebrantar su moral
no es fácil enumerar
los actos tan denigrantes
que suelen realizar
muchos turbios visitantes
la buena reputación
de nuestros bellos países
la destruye la invasión
de hampones y meretrices
sigamos mas bien de largo
relegando a esta jauría
de la cual ya se hará cargo
-si es capaz- ...la policía
y hablemos ya de otra cosa
que nos llena de tristeza
de las que dan un mal paso
ofreciendo su belleza
son niñas que aquí llegaron
con una gran ilusión
pero también se frustraron
y cambiaron su intención
ganar 300 al día
les hace perder la ruta
y con cinismo y porfía
se tornan en prostitutas
¡claro que las hay honradas!
y son la gran mayoría
que intentan desesperadas
mejorar su economía
ellas y otros a la par
emprenden la gran hazaña
de su vida organizar
en esta ciudad extraña
muchas secretarias finas
que cuidaban su figura
las vemos en las cocinas
y recogiendo basuras
y las llenas de prejuicios
como pobres cenicientas
se ven en los edificios
trabajando de sirvientas
y médicos y abogados
que no pueden ejercer
se ven haciendo “mandados”
para ganar que comer
y en fábricas y explotados
vemos a profesionales
que por indocumentados
trabajan como animales
muchos se vuelven sumisos
por regulares salarios
y acaban lavando pisos
y fregando sanitarios
no les alcanza la plata
para comprar cuatro muros
y buscan renta barata
en los sótanos oscuros
y en Nueva York, ¡quien creyera!
es una verdad que espanta
hay gente que vive afuera
y también...que hambre aguanta
pensar que en nuestros países
sufren del terrible mal
de pensar que aquí hay montones
que poseen capital
son muchos años después
de trabajar como esclavos
que los hombres de provecho
consiguen unos centavos
si alguien va de regreso
a la patria tan amada
lo reciben con un beso
...y con la mano estirada
también suele suceder
que algún sucio atracador
le quiera a este quitar
lo que ganó con sudor
y aquí termina la historia
de este pobre vagabundo
que según la gente opina
vive en la cima del mundo
no he pretendido opacar
de este país la grandeza
sólo quiero hacer notar
que también aquí hay pobreza
y ya quisiera invitar
a escépticos resentidos
a que traten de empezar
en los Estados Unidos
Nota:
Este poema lo escuché por primera vez en Dover, New Jersey en boca de Alfonso Palacios, un colombiano que lleva muchos años residiendo en los Estados Unidos. Me dijo desconocer el nombre del autor y por ello se publica sin darle el crédito respectivo.